Al momento de permanecer pensante y ver a los demás, sus logros, sus compromisos, sus alegrías, debo admitirlo, tengo cierto recelo. Jóvenes que de aquí para allá argumentan recíprocamente sus vivencias, actúan como detonante de mi frustración.
Digamos que nací por momentos demasiado escarmentado. Demasiado frío me criaron, demasiado autártico. Por momentos pienso si mis padres tenían, tienen o tendrán un depósito de confianza sobre mi. Lo pensé, por que, paradójicamente, tengo cierta desconfianza para asegurar que esto fué, es y será así. La realidad es que no han tenido demasiado interés en buscar un momento justo.
Lamentablemente no pude terminar la carrera de periodismo y me dediqué a trabajar, a ganarme en mango tosco en cualquier lugar donde vaya, allí donde los agravios acusan derecho de piso. Hoy tengo 28, y quizá me doy demasiada 'manija' por esto. Es que, después de los 20 me costó absolutamente todo. El dinero nunca me alcanzaba, o bien tenía que menguar algunos gastos para, al menos, pensar en cinco..o los proximos 20 días.
La realidad es que hoy me va un poco mejor, aunque el desgaste mental y la debilidad sentimental pasan factura cuando te envuelve el 'bajón'. El simple hecho de no tener una compañera que me libere la mente de ciertos flagelos ocasionales, me genera todo lo expresado más arriba. Aunque también es cierto que no se puede abordar y centralizar en buscar el polo opuesto para lo que el hombre ha sido creado.
Pero soy demasiado feliz dentro de todo. Hablo, canto, río, el 90% mi día. Sólo que en un instante, ese 10% lo destaco severamente.
Mañana será otro día de trabajo.
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