Neutralidad justificada, cuanta derecha camuflada.

Hoy existe ese pensamiento de que tenés que jugártela y hablar desde un lado. Está instalado en la agenda.

Hace un tiempo en TVR ( Programa de Gvirtz), escuché a Darín cuando le preguntaban que opinaba de la investigación de Lanata sobre los famosos "twitteros" truchos.  El actor no fué más allá, y no emitió la respuesta esperada por todo el aparato de producción. Con ardua razón justificó que se trata de dos posiciones totalmente fanatizadas y que tenía todo el derecho a no emitir juicio de valor, dándole la libertad de expresarse sin condicionamientos ideológicos ya que no forma parte de ninguna de las dos posiciones enfrentadas.

Quizás han sido un problema estas declaraciones, debido a que está instalado el pensamiento de que tenés que hablar de un lado, y no podés ser neutro.

Los alarmistas de la prensa oficial, al mejor estilo comparativo de la vieja iglesia en donde los curas se alarman porque los hijos de los padres tienen sexo previo al casamiento, cuestionaban en forma obsecuente y sin argumentos la falta de "compromiso" del actor por no tomar una bandera. Es que para ellos no hay grises, o en efecto si lo hay, pero que si tomás ese status, automáticamente ya te dan partido cómplice de los grandes intereses que acechan al país, eludiendo responder alguna responsabilidad propia que pueda sumar a la gravedad del caso. Claro, "ellos, los malos".

Hoy ser neutro y de derecha es lo mismo, o buscando más allá, en la vergonzante pasayada de cuestionarle a Luis Zamora su posición.

Yo me considero neutro y estas son mis razones:

1. Porque soy un pobre infeliz gobernado por intereses burgueses.

2. Porque la única bandera que levanto es la de mi patria y la de latinomérica.

3. Por el simple hecho de tener un numero de DNI, donde vamos marchando como stock.

4. Porque no soporto a los alcahuetes.

5. Porque la realidad me lo da a entender.

6. Porque sé que si levanto una bandera política, seguramente la tendré que bajar (Una fija de la clase gobernada - los gobiernos pasan, la gente queda).

Y porque estoy podrido de toda la ambientación ideológica puesta en calle por el kircherismo: derecha, corpo, monopolio, cipayo y gorila, repetido cuanto bebe en corralito y su sonajero.

Cuestiones propias de pensar si esa repetición sirve como escudo para la derecha que poseen ellos, que sin embargo no la admiten, se camuflan en progres.