martes, 20 de septiembre de 2011

Mi día en Avellaneda: El veneno de la Serpiente y la última oración del Sacerdote


JUDAS PRIEST Y WHITESNAKE EN ARGENTINA.

Cómo dije anteriormente, ya pasé de la ansiedad al paso firme de la exitación. Madrugada del Domingo, me llama "la pocha" al móvil a eso de las 4 am:

- Luis?
- Si Mauri, que pasó?
- Mirá tengo que ir a lo de Santiago a las 4, ¿que hago? ¿te paso a buscar o vas vos directo? Si vas, andá 5 menos algo, vamos a estar afuera y salimos a buscar a los chicos cerca de lo Naya y a Carmen. Yo me arreglo un poco y voy saliendo.
-Listo Mauri, voy para lo de Santiago.

Llegué, subimos a la combi, y salimos para lo Naya. Llegamos allí, y el Baigo, que esperaba, nos decía: -Esperen, que Jero fué a llevar a la novia al médico.  (Supuestamente tenía una dolencia que poco le impidió regresar 10 minutos después. Subieron, Jero, la novia, Mema, su novia, y cómo no, el Baigo)

Salimos para lo de Carmen ( la mamá de Oscar), y ya estabamos todos. Eramos, Santiago, El Pato, Rolo, Chiri, Jero, Mema, La Diru, La Gabi, Lula, La Pocha, Carmen, otros dos muchachos que no conozco bien, y yo.

Partimos para Avellaneda y claro que paramos en el paradero de San Andrés de Giles para evacuar, adquirir algún vívere, o simplemente, prender algún cigarrillo.

Pasaron cerca de 2 horas de viaje desde allí, creo calcular. Llegamos a Avellaneda a eso de las 9 Am, estacionando justo frente a la cancha de Racing Club. Santiago, el Pato y el Rolo optaron por ¡quedarse haciendo cola!

¿Que hacemos? preguntamos. Salimos a patear, entre un Carrefour, y algunas parrillas que se mantenían cerradas. Baigo proponía ir a Lanús, sabiendo bien que obtendría la negación unánime. Ante esa negación compensó encontrando un parrilla, algo austera, antendida por personas de tercera edad, con muy buena onda. Compró una cerveza, y en una especia de plazoleta con la imagen de la Virgen y una placa de José Hernández, la tomamos. La gabi había hecho Sándwiches con pan de panchos, que a esa altura no se la hacía omisión al efecto del hambre reinante.  Terminamos la birra,  nos mandamos para la parrilla, compramos más cervezas, se jugó al truco, y se comió unos nada despreciables sandwiches de vacio por un módico precio de 18 pesos.
En la otra mesa en donde estamos sentados, había un personaje singular, que sumergido en una cuantas copas, empezó a taladrarnos la cabeza. Buena onda, aunque por momentos fastidiaba. El Baigo, brindó con él, y claro, como dice el dicho "Entre bueyes no hay cornadas". Entre palabras que iban y venían, este muchacho cantó una canción que entre vacilaciones para que le sigamos el juego, decía:

"Miren que locura, miren que es asi, que ayer tocó Ricky Martin y hoy toca Judas Priest" jajajajaaja. La terminamos cantando, que se yo...

Carmen, la Pocha y la Gabi tomaron un café. Cerca de las 12, cayeron Oscar y Martina, compramos 4 cervezas más y salimos para el estadio. Eran las 14.00 y monedas.

Encontramos a Santiago e hicimos cola. Ya la gente se arrimaba, cabelleras largas, algunos "glammers", motoqueros, y mucho público femenino. El personal de seguridad de "Time4Fun" se encontraba custodiando. Un encargado del Megáfono de esa companía, ultimaba los detalles para acomodar las filas y enviar aquellas personas de acuerdo con su entrada a otro sector para hacer la cola. A eso de las 16:30, todos estamos preparados para entrar a correr al estadio.

Hasta que se abre parte de la puerta de ingreso de campo trasero.

"SIN CORRER" gritaba un asistente una y otra vez, algo enojado. Pero era imposible, la meta era llegar al vallado y verlos lo más cerca posible. Al correr, me detuve en un segundo acceso previo al campo, y un asistente de seguridad, tratando de impedir el paso de una mina llorando desconsoladamente, con mucha fuerza. Uno supone que no ha conseguido entrada.
No pude evitar quedarme mirando, fué algo que me impactó de tal manera que hasta casi lagrimeo yo, analizando por momentos hasta donde puede llegar la pasión la música, y es algo que no tiene una tésis de lógica.

Pero uno se pone firme, deja el lado el humanismo, y sale corriendo. Presenta la entrada en alto e ingresa a todo motor. Llegué al vallado, junto a Santiago y Lula.

Habrán pasado 1 hora e ingresó al escenario LOVORNE. La banda del hijo de Pappo, Luciano. Sonó bien la banda, me gustó, más allá de que nunca la escuché, y no me gusta el estilo de Rock que hacen, hay que darle méritos. No cualquiera telonea a dos bestias del Rock como Judas Priest y Whitesnake.

Al poco tiempo, ingresó la banda de Cabral, Tren Loco. También fué bastante bueno, aunque tuvo algunas decadencias vocales. La banda estuvo bien, más allá de que me dé cierto recelo el cantante. La gente se empezaba acomodar y recibo mi primer empujón contra la valla. La puta que lo parió, dije.

El momento de júbilo llegó cuando ingresó la mejor banda de Hard Rock de la historia, Whitesnake. Y que decir ante la excelencia de Coverdale. El tío David, dejó atónitos a todos. Desde la primera aparación del melenudo, sonriente, abriendo la verdadera fiesta del Rock con "Best Years" y enganchando rápidamente "Give All Your Love Tonight". Entre "Is This Love" y "Love Ain't No Stranger", la minas estaban exitadas, y yo cantando a full. 
El Set-list, me lo acuerdo no por orden, pero tocaron, además de los mencionados, "Forevermore", "Steal Your Heart Away", "Love Will Set You Free", "Still Of The Night", "Here I Go Again", "Fool For Your Loving", "Soldier of Fortune" y  para cerrar un engache entre "Stormbringer" y "Burn" de Deep Purple. Con eso, los muchachos de Coverdale se lucieron, Doug Aldrich y Reb Beach, son dos bestias de la eléctrica. Ambos pertenecen a una buena camada de bandas, Winger y Dokken en el caso de Reb y House of Lord, Hurricane y nada menos que Dio, lo acusa a Doug. Los dos, dieron un duelo de guitarras, quizás para muchos no tan entrenido. A mi me gustó, al igual que el batero dando una clínica de como tocar con las manos desnudas, previo truco con los palos, lanzarlos y volverlos a tomar. Aunque hubo blooper, este no tiene importancia.

En la mitad del show, asoma una perla. A Coverdale le arrojan una tanga roja a lo que éste responde como buen hombre, volcando su historia al público y a la mina que supongo, le ha arrojado a ropa interior:
"Ahhhhhhhh it's argentinian pussy!!... and it's fresh!" (ahhhhhhh, esto es una concha argentina!... y está fresca!")


Concluido el Show de Whitesnake, la gente se prepara para ver la última oración del Sacerdote. Tardó un tiempo en aparecer. Mientras los pesados de "TIme4Fun" por el parlante y 
la pantalla gigante, seguían dando clases de cómo escapar del estadio. Ladris.



Hasta que se bajó el telón hasta la mitad. La gente empezó a moverse, y mi cuerpo parecía ser reducido a un palo. Me estrujaban de todos lados. La masa de la gente se movía como un zig-zag y me estrujaban contra el vallado y yo firme junto a él. A lado mío, Lula, Santiago y Chiri, gritando a pleno, disfrutando como nunca dicho espectaculo.

Aparece el pelado metiéndole caña con Rapid Fire, y la gente se explotó. Bajo un juego de lasers súblime que adornaba el escenario.


En "Metal Gods" no podía aguantar más a la gente que se me venía encima. Eran toneladas de gente arransando un cuerpo de 57 kilos contra el vallado, y entre la afixia que me provocaba y la sed que tenía me dije: "Voy a tomar coraje, y haré la dificil tarea de retroceder ante la muchedumbre sedienta de metal" Sonaba "Metal Gods" y le daba con todo hacia atrás y cada tanto me metía entre los saltos para aprovecha un recobeco y ganar terreno. El objetivo era buscar aire. En la odisea, un flaco a la pasada saltando me dice "Aguante judas Locooo, flaco Estás bien?". "Si, tranqui, saltá nomás! Vamos Priest carajo!"


Parece una película, si!, Sin embargo, me saqué la campera, toda transpirada y quedé con mi camisa musculosa, con los brazos transpirados, y aproveché eso, para poder deslizarme mejor. Me tomó unos 10 minutos, y entre ellos pasó otro tema, "Judas Rising".
Llegué, tomé aire, pedí un vaso de coca por 15 pesos, y seguía agitado. Pero quedándo con la mirada fija sobre el escenario, intercalando la visión hacia una de las dos pantallas gigantes, concretamente la de la izquierda.


Pasó "Starbreaker", con el duelo entre Richie Fualkner y Glenn Tipton. Todavía no ocurriría lo mejor, yo a esa altura no podía ni cantar ni saltar, sólo gritar, y cada tanto lagrimear bajo el sonido de "Diamond & Rust.


"Night crawler", el tema oscuro, pesado de Painkiller, taladró cabezas a todos los presentes. Con un bajo de Hill arrollador, y un machaque terrorifico de la guitarras.
La emoción para mi llegó cuando después de "The Sentinel" , apareció un tema que siempre me generó una pasión descontrolada:  "Blood Red Skies". Un pedazo de tema, que se me caían las lagrimas y miraba hacia el suelo, porque no sabía lo que estaba pasando. Solo escuchaba a la gente que iba, venía y cantaba. Me secaba los ojos con la campera. No quería que la gente me viera lagrimeando, quizás porque aunque muchos no lo sepan soy un poco orgulloso, y la verdad, por momentos, me enorgullesco de serlo.


"Green Manalishi", era el tema previo para para la segunda sesión. Halford hacía cantar a la gente en "Breaking The Law"; una biblia del acero británico. 
El arte estaba a punto de hacerse distorsión. Guitarras afiladas ya venían desde arriba. Doble bombo preparado. Scott Travis, haciendo una previa con un semisolo para que...deliremos con el mejor tema de la historia del Heavy Metal: 


"PAINKILLER"


Fué un orgasmo. La gente se comía el escenario. Halford gritando y tratando de llegar a la mejor octava posible, que tanto lo caracterizo a principios de los 90 y toda la decada de los 80.


Seguían los rayos lasers, imagenes en el escenario bajo un proyector que adornaba el mismo, dibujando cada disco, para cada tema que tocaban. "Hell bent for Leather's" y "Electric Eye", temas más rockeros, enloquecían a la multitud, temas demasiado gancheros, con mucha onda, y mucho feeling. Y claro, la Harley Davidson estaba ahí. Halford le hizo sonar los motores previo a esos dos temas. 


Sólo seguía presenciando el show. Levantando los brazos, aún sin que los muchachos de Judas, tiren una nota. Era algo espontáneo que salía. Gritaba fuerte, y nadie se daba vuelta para mirarme. Estaban todos hipnotizados. Como yo.


El final estaba cerca, compré una Coca-Cola, a 15 pesos. Cara si, pero que mierda me importaba, estaba viendo a los maestros del Heavy Metal dando cátedra. Se apagaron la luces totalmente, incluida las dos pantallas gigantes, al cabo de 5 minutos, se prendieron, y arrancó otro pedazo de HOSTIA.


"You've got another thing comin", para rockearla y saltar al estilo Tipton en los ochenta, como según muestra el video. Mover la cabeza, y hacer "air guitar". Cuanta onda por la madre de Jesús. El tema fué larguisimo y anunciaba el final del concierto.


Lo que dejó el recital de Judas fué una escuela de cómo se hace Hard/Heavy Metal. Las clases de canto con el público siendo clásicas de Rob Halford,  fué un repertorio que te llenan de satisfacción.  Se iba terminando todo, pero no...


Scott Travis toma el mando, y dirige unas palabras al público durante 2 minutos, y cuando la gente ya se iba, la banda deja un mensaje: "Living After Midnight", como diciendo... "Nos vamos antes de la medianoche", pero ustedes seguirán rockeando después de ella". El rock es vivir después de la medianoche, más allá del sol del mediodía. Y ante eso, con Halford con bandera Argentina puesta sobre su hombro, entiende bastante de que se trata.


La gente iba saliendo, y llegó el momento de encontrar la combi. Obviamente, me detuve a comprar un poster a 20 pesos, y mirando puestos de ventas sobre la calle. Me habré quedado media hora por ahí, y cuando voy a buscar la combi, me encuentro con que esta no está. Carajo!, ¡Que mierda!. Me desespero, entro a preguntar, calles, lugares, ingresos egresos. Salgo, camino, doy vueltas enteras por alrededor de las calles que circulan el estadio. Nada. De nada. Pienso, estos forros, se fueron sin mi. ¿Y ahora? ¿que carajo hago? Estaba en Avellaneda! La puta que lo re mil parió!. Tenía 50 pesos en el bolsillo. No iba ni hasta GIles con esa plata. Estuve como 30 minutos más dando vueltas. Entro a caminar, seguir preguntando a los pibes que fueron al recital, y cuando llego a la esquina, una combi estacionada, toca bocina. Era el chofer y los chicos dentro. El alma al cuerpo. GRACIAS DIOS!!!


Entré y me dice La Pocha, que me estaban buscando Jero y el mema. Que me estaban mandando mensajes a lo bobo. La cuestión es que mi celular estaba en la combi. En fin, veo el celu, y tengo un mensaje de Oscar: "Luis!! Donde andas?". Solucionado, Carmen lo llama y le dice que me encotraron. 


Partimos con todos arriba. Sin problemas.


Con tanto empujón y el encierro de la combi, no pude evitar abrir la ventanilla. Me sentía descompuesto. No aguanté, le dije al chofer si podía parar. Paramos en la autopista. Dedos en la garganta, y a otra cosa. Adentro de la combi, aliviado. Me dormi como un tronco, aún pensando como dos tipos de 60 años pueden tener tanta fuerza en su voz. 




Un día inolvidable, que la hemos pasado todos bien, con amigos, con cerveza y que hemos visto dos grandes del Rock. Dos leyendas, que están afirmadas al tiempo. Latentes por donde se la mire, que como todo, han tenido sus altibajos, pero han dejado un gran sello en la historia. Yo eso no me olvido nunca más. Pasará el tiempo, tengo la entrada, y la voy a conservar en un cuadrito, para contárle esta historia dentro de unos años a mis hijos si es que los tengo;  sonreir y llorar cada vez lo que recuerde de esta vivencia..


Todavía falta una oración especial del Sacerdote, que es el nuevo Disco. Mientras tanto, me preparo para un nuevo celibato de Metal y decir cómo alabanza:

¡LARGA VIDA A JUDAS PRIEST!


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